La implementación de prefijos únicos para llamadas telefónicas en agosto pasado —600 para llamadas solicitadas, 809 para no solicitadas— ha reconfigurado dramáticamente el panorama de recuperaciones en Chile. Las tasas de contactabilidad han caído hasta un 40%, generando un efecto dominó: multiplicación de intentos infructuosos, deterioro acelerado de carteras y equipos sobrecargados persiguiendo contactos cada vez más esquivos.
La tentación natural es aumentar el volumen de llamadas. Pero esta es precisamente la estrategia equivocada. En un entorno donde los clientes filtran activamente las comunicaciones no deseadas, la efectividad no está en la insistencia, sino en la inteligencia del contacto.
De la saturación a la precisión: un cambio de paradigma
SIREC, la plataforma de atmira, replantea fundamentalmente cómo las organizaciones abordan la recuperación de cartera. En lugar de multiplicar intentos genéricos, predice y prioriza: identifica qué clientes tienen mayor propensión a responder, determina el canal óptimo para cada perfil y orquesta el momento preciso de contacto.
La segmentación se basa en variables concretas: historial crediticio, patrones de pago previos, días de mora y preferencias de canal documentadas. El resultado es una estrategia que contacta menos, pero mejor, maximizando conversiones mientras se reduce la percepción invasiva que alimenta el rechazo.
Autogestión: cuando el cliente toma la iniciativa
Los mejores contactos son aquellos que el cliente inicia. SIREC incorpora portales de autogestión donde los deudores consultan saldos, negocian condiciones y ejecutan pagos en sus propios términos. Esta autonomía transforma la dinámica: el cliente deja de arrancar del contacto para buscarlo cuando le acomoda.
Los mensajes digitales —WhatsApp, SMS, email— se personalizan no solo en contenido sino en tono, abandonando la rigidez intimidatoria por comunicaciones claras y respetuosas que preservan la relación comercial. Cada interacción está calibrada para generar compromiso, no resistencia.
Inteligencia artificial como acelerador operativo
La plataforma integra agentes virtuales humanizados basados en IA, capaces de interactuar con los clientes de manera natural y empática a través de voz y canales digitales. Estos agentes no solo cumplen con la normativa vigente, sino que además permiten extender la capacidad operativa de los equipos de cobranza sin incrementar costos, ofreciendo disponibilidad 24/7 y adaptando el tono de la conversación según el perfil del cliente. De esta forma, las entidades pueden mantener un diálogo más efectivo y personalizado, mejorar las tasas de contacto y aumentar la probabilidad de recuperación, al mismo tiempo que liberan a los equipos humanos para tareas de mayor valor agregado.
La automatización abarca el ciclo completo: desde recordatorios preventivos hasta gestión judicial, con decisiones que se ajustan en tiempo real según respuesta del cliente y evolución de la cartera. La plataforma unifica toda la información del cliente en un solo lugar, aplica scoring predictivo dinámico para identificar quién pagará y cómo contactarlo, y orquesta múltiples canales sin saturar al deudor, respetando siempre los umbrales de contacto permitidos.
Impacto donde más importa
Las organizaciones que implementan esta aproximación logran recuperación incrementada mediante contactos de mayor conversión, reducen costos operativos y judiciales al minimizar escalamientos innecesarios, preservan el valor del cliente para relaciones comerciales futuras, y ganan agilidad para adaptarse a nuevos cambios regulatorios sin tener que reescribir sus procesos.
La pregunta no es si adaptar su estrategia de recuperaciones, sino qué tan rápido puede hacerlo antes de que la brecha de contactabilidad se traduzca en deterioro permanente de cartera. La normativa cambió las reglas del juego. La tecnología inteligente cambia las posibilidades.